Un hito histórico en el deporte estadounidense quedó sellado con la compra de los Boston Celtics por 6.100 millones de dólares, liderada por el multimillonario Bill Chisholm, socio gerente de Symphony Technology Group. El acuerdo, anunciado el 20 de marzo de 2025, supera el récord anterior de 6.050 millones de dólares pagados por los Washington Commanders de la NFL en 2023, convirtiéndose en la transacción más costosa jamás registrada por una franquicia deportiva en Estados Unidos. La operación incluye también a los empresarios de Boston Rob Hale, actual accionista minoritario, y Bruce Beal Jr., formando un grupo de inversores con fuertes raíces en Massachusetts. Los Celtics, que ganaron su 18º título de la NBA en junio de 2024 tras vencer a los Dallas Mavericks, atraviesan ahora una transición sin precedentes después de más de dos décadas bajo su anterior propiedad.
Originario de North Shore, Massachusetts, Bill Chisholm aporta una mezcla de pasión por el baloncesto y experiencia en inversiones. Graduado por el Dartmouth College y la Wharton School of Business, construyó su fortuna en el sector de capital privado a través de Symphony Technology Group, con sede en California. En su primera declaración como futuro propietario mayoritario, Chisholm resaltó su vínculo personal con la franquicia, describiéndose como un fanático de toda la vida y reconociendo el papel único de los Celtics en la cultura de Boston. La venta se desarrollará en dos fases: la adquisición inicial del 51% de las acciones, sujeta a la aprobación del consejo de gobernadores de la NBA, prevista para el verano de 2025, seguida de la compra del resto hasta 2028, con valores ajustados según el crecimiento de los ingresos de la liga.
Tras 22 años bajo el control de Boston Basketball Partners, LLC, liderado por Wyc Grousbeck y Steve Pagliuca, la decisión de vender la participación mayoritaria, anunciada poco después de la victoria en las Finales de 2024, sorprendió al mundo del baloncesto. Grousbeck, cuya familia compró el equipo en 2002 por 360 millones de dólares, permanecerá como CEO y gobernador durante tres temporadas más a pedido de Chisholm. La transacción refleja tanto el éxito reciente de los Celtics en la cancha como el creciente valor de mercado de las franquicias de la NBA, impulsado por acuerdos mediáticos y el interés global en el deporte.
La venta de los Boston Celtics marca el fin de una era que comenzó en 2002, cuando el grupo liderado por Grousbeck y Pagliuca asumió la franquicia por una suma hoy considerada modesta. Durante su gestión, el equipo vivió momentos de gloria, como el título de 2008 y la conquista más reciente en 2024, superando a los Los Angeles Lakers con 18 campeonatos en la historia de la NBA. La decisión de desprenderse de la participación mayoritaria, revelada tras las Finales contra los Mavericks, desencadenó un proceso competitivo que atrajo a varios interesados, incluido Pagliuca, quien intentó comprar el control pero no fue seleccionado.
Wyc Grousbeck elogió a Bill Chisholm, destacando su pasión por los Celtics y su conexión con Boston. Subrayó que la elección del nuevo propietario mayoritario se basó no solo en su capacidad financiera, sino también en su alineación con los valores de la franquicia y de la ciudad. La transición será gradual, con los actuales accionistas reteniendo hasta el 49% de las acciones hasta 2028, cuando se completará la venta final a un precio potencialmente un 20% más alto, vinculado al crecimiento de los ingresos de la NBA.
Por su parte, Steve Pagliuca expresó tristeza por no haber asegurado el control, pero reconoció los logros de la gestión anterior en una publicación en redes sociales. El proceso de venta, iniciado en 2024, culmina ahora con un acuerdo que sitúa a los Celtics en la cima de las transacciones deportivas, superando los 4.000 millones de dólares pagados por Mat Ishbia por los Phoenix Suns en 2023.
El acuerdo de 6.100 millones de dólares refleja la valorización exponencial de las franquicias de la NBA en las últimas décadas. Dividido en dos etapas, el plan estipula que Bill Chisholm y su grupo adquirirán el 51% de los Celtics en 2025, a la espera solo de la aprobación formal de la liga, esperada en los próximos meses. La segunda fase, programada para 2028, permitirá la compra del 49% restante, con el precio final ajustado por una fórmula ligada al crecimiento financiero de la NBA, lo que podría elevar el total por encima de los 7.000 millones de dólares.
Esta estructura beneficia a los actuales propietarios, que aseguran un retorno aún mayor en el futuro, mientras Chisholm toma el control inmediato de la franquicia. La inversión inicial de 360 millones de dólares realizada en 2002 ha generado una ganancia impresionante, evidenciando el potencial económico del baloncesto profesional. La negociación también establece un nuevo estándar para el mercado deportivo, superando récords anteriores y señalando un creciente interés de los inversores en equipos de élite.
La participación de Rob Hale y Bruce Beal Jr., ambos de Boston, refuerza los lazos locales del nuevo grupo propietario. Hale, ya accionista minoritario, y Beal, conocido en el ámbito empresarial, aportan conocimiento de la región y del universo de los Celtics, complementando el liderazgo de Chisholm, centrado en el sector financiero y tecnológico.
Con 18 campeonatos, los Boston Celtics son la franquicia más exitosa de la NBA, por delante de los Los Angeles Lakers, que suman 17 títulos. La victoria en junio de 2024 contra los Dallas Mavericks, en una serie de cinco juegos, consolidó este liderazgo histórico y reavivó el orgullo de los aficionados. Ahora, bajo una nueva dirección, el equipo encara la temporada actual como uno de los favoritos para repetir el título, algo que no ocurre en la liga desde los Golden State Warriors en 2017-18.
A pesar del éxito en la cancha, la gestión financiera será una prueba para Chisholm. En la próxima temporada, los Celtics podrían convertirse en el primer equipo de la NBA en superar los 500 millones de dólares en nómina y pagos de impuestos de lujo, impulsados por la extensión supermax de Jayson Tatum y las reglas del actual acuerdo colectivo de la liga. Mantener el roster estelar, que incluye nombres como Jaylen Brown y Derrick White, exigirá estrategias creativas para sortear los elevados costos operativos.
La afición, conocida por su fervor, espera que el nuevo propietario mantenga el nivel competitivo del equipo. Chisholm afirmó estar listo para el desafío, prometiendo honrar la tradición de los Celtics mientras busca nuevos títulos para la ciudad de Boston.
La venta récord de los Celtics por 6.100 millones de dólares redefine el valor de las franquicias de la NBA y podría acelerar los planes de expansión de la liga. Durante meses, el proceso de ampliación hacia nuevas ciudades, como Seattle y Las Vegas, estuvo en pausa, a la espera de claridad sobre la transacción de Boston, ya que el precio final influiría en las proyecciones financieras. Con este valor ahora establecido, la NBA puede retomar las discusiones sobre la inclusión de nuevos equipos, aprovechando el auge del mercado deportivo.
El acuerdo también refleja el crecimiento de los ingresos de la liga, impulsado por contratos de transmisión multimillonarios firmados en 2024 con cadenas globales y un público internacional en aumento. Los Celtics, con su base fiel de seguidores y su legado legendario, se convirtieron en un activo valioso en este escenario, atrayendo a inversores como Chisholm, quienes ven en el baloncesto una oportunidad de negocio y un legado cultural.
Entre los equipos más valiosos de la NBA, los Celtics lideran con amplio margen, superando los 4.000 millones de dólares de los Phoenix Suns y la valuación estimada de 5.400 millones de los Golden State Warriors. Este salto destaca el atractivo perdurable de las franquicias históricas en un mercado cada vez más competitivo.
Bill Chisholm emerge como la figura central en la próxima era de los Boston Celtics. Nacido en Massachusetts, creció apoyando al equipo y asistiendo a juegos en la región de Nueva Inglaterra durante su juventud. Su trayectoria académica incluye una graduación en Dartmouth College y un MBA en la Wharton School, una de las escuelas de negocios más prestigiosas del mundo, antes de fundar Symphony Technology Group, una empresa enfocada en inversiones tecnológicas.
Apasionado por los deportes, Chisholm ve la compra de los Celtics como una oportunidad de combinar negocios y emoción. En sus primeras palabras, destacó la responsabilidad de liderar una franquicia tan icónica, prometiendo un compromiso con la comunidad de Boston. Su fortuna, construida en el sector de capital privado, le proporciona los recursos necesarios para gestionar los altos costos del equipo, mientras que su origen local crea un vínculo inmediato con los aficionados.
La alianza con Rob Hale y Bruce Beal Jr. fortalece su posición, trayendo socios con experiencia en el mercado de Boston y en los propios Celtics. Se espera que el trío mantenga a la franquicia entre las potencias de la NBA en los próximos años.
La compra de los Celtics sigue un calendario claro, dividido en dos etapas principales:
La primera fase depende del análisis de la NBA sobre las credenciales de los nuevos propietarios y la solidez financiera de la propuesta, un paso visto como una formalidad dado el historial de Chisholm y el apoyo de Grousbeck, quien seguirá como CEO hasta 2028. La segunda etapa ofrece flexibilidad a los actuales accionistas, que podrían beneficiarse aún más con la valorización de la franquicia.
El proceso garantiza estabilidad para los Celtics durante la transición, permitiendo que la gestión deportiva, liderada por Brad Stevens, presidente de operaciones de baloncesto, se centre en la temporada en curso. Los aficionados siguen de cerca, ansiosos por el impacto del nuevo mando en la cancha.
En plena temporada 2024-25, los Boston Celtics se mantienen como favoritos al título, liderados por Jayson Tatum y Jaylen Brown. El equipo cuenta con uno de los rosters más equilibrados de la NBA, combinando juventud y experiencia, y busca repetir como campeón, algo poco común desde los Warriors de 2017-18. La llegada de Chisholm inyecta optimismo, aunque también presión para sostener este nivel de excelencia.
Fuera de la cancha, el nuevo propietario prometió fortalecer los lazos con la comunidad de Boston. Los Celtics son más que un equipo para la ciudad: son un símbolo cultural, con iniciativas sociales que van desde clínicas de baloncesto para jóvenes hasta apoyo a causas locales. Chisholm planea ampliar estas acciones, alineándose con la tradición de la franquicia de involucrar a sus seguidores más allá de los partidos.
Sin embargo, los desafíos financieros son inminentes. Con una nómina proyectada en 500 millones de dólares para la próxima temporada, el grupo propietario deberá equilibrar las inversiones en el roster con los límites del tope salarial de la NBA. La habilidad de Chisholm para manejar grandes cifras será puesta a prueba desde su primer año como propietario mayoritario.
La venta de los Celtics por 6.100 millones de dólares no solo rompe récords en la NBA, sino que se destaca entre las transacciones deportivas más costosas de EE.UU. Así se compara:
Este valor resalta el creciente protagonismo del baloncesto, que compite cada vez más con el fútbol americano en términos de mercado. En la historia del deporte norteamericano, solo los New York Yankees (27 títulos) y los Montreal Canadiens (24) superan los 18 campeonatos de los Celtics, pero ningún equipo ha alcanzado tal valorización en una sola transacción.
La negociación también abre camino para que otras franquicias de la NBA reevalúen su valor. Equipos como los New York Knicks y los Los Angeles Lakers, con bases de aficionados igualmente apasionadas, podrían ver sus precios dispararse en futuras ventas, consolidando al baloncesto como uno de los deportes más lucrativos del mundo.